Dame una oportunidad by Noe Casado

Dame una oportunidad by Noe Casado

autor:Noe Casado [Casado, Noe]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-10-25T00:00:00+00:00


* * *

Algo más relajada y con la piel increíblemente suave, regreso al apartamento. Nada más salir del ascensor me encuentro al núcleo duro de la banda de rock desgañitándose en el descansillo, pues falta el bajista, como siempre.

—¡Tatiana! —exclama Calvin al verme. Acto seguido deja en el suelo su guitarra y se acerca con rapidez para darme un gran abrazo. Hasta me coge en volandas—. ¡Qué alegría verte!

—Lo mismo digo —respondo una vez que mis pies tocan el suelo de nuevo.

—¡Hueles de maravilla! —Este es John, que también se ha acercado a saludarme.

—¿Has ido al spa? —pregunta el impresentable dejando implícito que he ido sola.

—¿Y a ti qué te importa dónde va Tatiana? ¡Ni que fueras su perro guardián! —le espeta Calvin.

—Sí, necesitaba relajarme.

De reojo veo al impresentable arquear una ceja. Es evidente que le he mentido. Sin embargo, era necesario. Ya resulta lo suficientemente mortificador ver lo que se escribe de mí en redes sociales o lo que se comenta en programas de cotilleo.

—¿Te quedas con nosotros a ensayar? —inquiere Calvin.

—Sí, por favor —me anima John.

—Tengo cosas que hacer, chicos —me disculpo, y ellos me ponen carita de perro abandonado.

—Dejad tranquila a Tati —interviene el impresentable—. Y no le hagáis la pelota, que luego se lo cree.

—No seas borde, tío —le recrimina John—. Ella canta mil veces mejor que tú y su opinión me interesa.

A ver, yo no quiero crear conflictos entre los miembros de The Dumpsters, aunque admito que me siento muy halagada por cómo Calvin y John me invitan a participar.

El sonido de un móvil nos interrumpe. El impresentable frunce el ceño y se acerca hasta la mesita a coger su teléfono (la funda es hortera, pues está repleta de diamantes de imitación).

—Joder —masculla, aunque no responde.

El teléfono se calla durante cinco segundos y vuelve a sonar. Y no reconozco el tono, pues hasta donde yo sé siempre usa una parte de la canción Sexy and I know it. Lo sé porque un día se lo pregunté. Y ahora suena uno que desconozco.

—Coge el puto móvil —le grita Calvin al impresentable.

Él termina obedeciendo, aunque se mete en su apartamento para hablar.

—Siempre que suena este tono se pone tenso —me aclara John; pero la explicación de bien poco me sirve, así que me dispongo a preguntar; sin embargo, Calvin se adelanta.

—Siempre que suena I put a spell on you sabemos quién es.

Parpadeo, porque sigo igual de confusa.

—Su ex —añade John—. Una cabrona de cuidado.

—Ah.

—Seguro que lo quiere putear con el crío —murmura Calvin negando con la cabeza. Agarra su guitarra y rasga un poco las cuerdas.

¿El impresentable tiene un hijo?

—¿No lo sabías? —inquiere John al ver mi cara. Niego con la cabeza y él prosigue—: Killian Júnior. Va a cumplir quince años y es un dolor de huevos.

¿Quince? ¡Si el impresentable tiene treinta y dos!

—Vamos, que ha salido repelente de cojones —apostilla Calvin—. Saca notas alucinantes, es un prodigio. Nadie se lo explica, porque el padre es un alcornoque y la madre fumaba maría todo el tiempo.

—¿Y cuál es el problema? —pregunto con cierta cautela.



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